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“Al día siguiente de la operación, pude ponerme de pie”

Lucía Molina:

“Al día siguiente de la operación, pude ponerme de pie”

Después de pasar varios años con dolor por una artrosis de rodilla, Lucía acudió a Clínica Biobío en busca de una solución. Después de evaluar su caso, el equipo médico le indicó una cirugía de reemplazo de la articulación dañada, por una prótesis que le permitiera mejorar su calidad de vida.

Lucía ama el campo. Le gusta recorrerlo con sus nietos, enseñándoles los nombres de los árboles nativos que están en un pequeño monte que solía visitar con su padre cuando era niña. Sin embargo, durante el último tiempo, ya no podía hacerlo sin sentir molestias en una de sus rodillas.

“Estuve 3 años con tratamiento, recibiendo remedios e inyecciones para disminuir el dolor y la inflamación. Pero el alivio, duraba cada vez menos. Mi mayor limitación era, por ejemplo, bajar cuestas. Si salía con mis nietos, tenía que apoyarme en la espalda de uno de ellos porque no podía bajar directamente. También hubo momentos en que me ayudé con un bastón”, comenta.

Aunque está jubilada, sigue trabajando. De profesión médico, hoy se dedica a la salud pública, haciendo investigaciones y asesorías en toxicología ambiental. “En el trabajo, trataba de disimular que a veces me costaba ponerme de pie”, agrega.

En la búsqueda de un especialista que pudiera ayudarla, le recomendaron al Dr. Carlos Vandeputte, coordinador de la Unidad de Traumatología de Clínica Biobío. Luego de que el equipo médico evaluara la factibilidad de una cirugía de reemplazo de rodilla por una prótesis, y consciente del dolor que se siente durante los primeros días del postoperatorio, Lucía decidió ser sometida al procedimiento.

Fue hospitalizada un día viernes al mediodía. “Cuando desperté en la UCI no tuve molestias, ya que el anestesiólogo trabajó muy bien. Me dijo que luego de 24 horas podía sentir dolor y efectivamente así fue. Pero recibí la analgesia necesaria y yo soy capaz de superar las molestias del dolor. Así es que al día siguiente, ya pude ponerme de pie. Vino el kinesiólogo para explicarme cómo caminar y empecé a hacerlo. Y el día lunes ya estaba de regreso en mi casa iniciando mi recuperación”, cuenta.

Lucía está muy agradecida del Dr. Vandeputte. “Se portó muy bien conmigo. Me vino a ver durante el fin de semana y eso se lo agradezco mucho. Cuando mi hijo me vino a buscar, le mostró las radiografías para que entendiera cómo era la prótesis y le dio indicaciones bastante explícitas y claras para los cuidados que requería el postoperatorio en casa”.

Han pasado 2 meses y medio desde la cirugía. Lucía ya puede caminar mejor y manejar sin problemas. Aunque todavía le queda tiempo de rehabilitación, está tranquila porque confía en el trabajo del equipo médico.

“Cualquier tratamiento, por complejo que sea, se vive mejor si hay una buena comunicación entre médico y paciente. Es decir, cuando el paciente puede hacer todas las consultas y sabe que el doctor está tomando la mejor opción. Tener esa confianza favorece mucho y disminuye la incertidumbre y la impaciencia por recuperarse”, finaliza Lucía.



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