Consejos para una alimentación saludable
Llevar una dieta balanceada es uno de los factores más importantes para disminuir el riesgo de obesidad y otras enfermedades relacionadas como diabetes, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, osteoporosis y algunos tipos de cáncer; además de ayudar a mantener un peso adecuado.
Según Carola Pantoja, nutricionista de Clínica Biobío, una alimentación saludable es la que permite un estado óptimo de salud. “Debe cubrir las necesidades energéticas y de nutrientes esenciales, que son aquellos que nuestro cuerpo no produce, por lo tanto tenemos que obtenerlos de los alimentos como proteínas, hidratos de carbono, grasas o lípidos, vitaminas, sales minerales y agua”, dice la profesional.
También explica la importancia de 5 aspectos que deben estar presentes en la alimentación de una persona para que ésta efectivamente sea saludable:
- Suficiente (en cantidad y calidad)
- Variada (que incluya alimentos de todos los grupos)
- Equilibrada (en cuanto a los porcentajes que se deben consumir por nutriente: entre 55 y 60% de hidratos de carbono, de un 15 a un 20% de proteínas y el resto en grasas buenas)
- Higiénica (libre de toxinas y contaminantes)
- Adecuada (según las características de las personas: sexo, grupo etáreo, grado de actividad física y estado fisiológico, que se refiere, por ejemplo, a si está embarazada)
Como una forma de guiar a las personas a la hora de elegir sus alimentos, la nutricionista comparte algunas pautas de buena alimentación:
- Consumir, diariamente, 2 porciones abundantes de verduras y 3 de frutas.
- Agregar 2 porciones de lácteos descremados y sin azúcar al día.
- Aumentar la ingesta de carnes blancas, por sobre las rojas, durante la semana. Una buena fórmula es preparar pescado 2 veces, carne roja 1 vez y el resto, las otras carnes blancas.
- Incorporar legumbres 2 veces a la semana.
- Tomar entre 6 y 8 vasos de agua al día.
- Preferir alimentos naturales por sobre las conservas.
- Evitar las grasas saturadas y aquellas altas en colesterol como las de las carnes rojas, mantequilla y margarina. En su lugar, elegir los llamados “lípidos beneficiosos” que son los aceites vegetales, la grasa proveniente de pescados, semillas, frutos secos y palta.
- Reducir al máximo el azúcar, dulces, bebidas y jugos azucarados.
- Disminuir el consumo de sodio, restringiéndolo a 5 gramos de sal por día.