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Según la última Encuesta Nacional de Salud, se sospecha que un 12% de la población del país tiene esta enfermedad que puede desencadenar problemas serios si no se controla. 

Los altos índices de sobrepeso y sedentarismo han contribuido con el progresivo aumento que esta patología ha experimentado en Chile, donde 12 de cada 100 personas son diabéticas. 

Es por eso que noviembre es el mes destinado a la concientización de la diabetes mellitus, desorden metabólico crónico caracterizado por niveles persistentemente elevados de glucosa en la sangre.

“Cuando no es controlada, puede traer complicaciones a corto y largo plazo, como retinopatía, nefropatía, neuropatía, pie diabético y daño cardiovascular con un mayor riesgo de infarto, accidente cerebrovascular y de isquemia en las extremidades”, explica la Dra. María Alejandra Ortega, médico especialista en diabetes y obesidad de Clínica Biobío.

Los estudios dicen que el 50% de los diabéticos no sabe que tiene esta enfermedad, ya que habitualmente no presenta síntomas. Sin embargo, existen algunas señales de alerta:

• Pérdida de peso sin explicación
• Aumento de la sed (polidipsia)
• Aumento del apetito (polifagia)
• Aumento en las ganas de orinar (poliuria)
• Fatiga
• Visión borrosa
• Entumecimiento u hormigueo en las manos o pies
• Úlceras que no cicatrizan

Frente a estos síntomas, se recomienda acudir lo antes posible a un especialista para que realice una evaluación y pueda indicar un tratamiento. “Lo principal es llevar un estilo de vida saludable basado en una alimentación sana, evitar el sobrepeso y hacer actividad física en forma regular”, comenta la Dra. Ortega. 

La profesional también agrega que cualquier tratamiento para la diabetes debe ser personalizado. “En términos generales, se divide en farmacológico y no farmacológico, donde el primero se basa en una serie de medicamentos que permiten controlar en forma adecuada el nivel de glicemia. El segundo, está relacionado con los cambios de hábitos, especialmente con la alimentación y la realización de ejercicios. Y por supuesto, no consumir tabaco ni alcohol”. 

Respecto a las comidas, son pocos los alimentos prohibidos. “Se puede comer más o menos de todo pero en las cantidades adecuadas y consultar con un nutricionista quien diseñará un plan según las características de cada paciente”, finaliza la Dra. Ortega, haciendo un llamado a que los pacientes retomen sus atenciones médicas pendientes.