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Después de pasar muchos años luchando contra la obesidad y patologías asociadas, Mario llegó a Clínica Biobío buscando una solución. Luego de evaluar su caso, el equipo médico le indicó una cirugía bariátrica que le permitió recuperar su peso normal y su calidad de vida.

“Desde pequeño tuve obesidad. En la adultez también y siempre combatí con ella. Intenté gimnasios, dieta y no pude. Con el correr del tiempo, adquirí algunas enfermedades como hígado graso, triglicéridos altos y, la peor de todas, reflujo gastroesofágico crónico”, comenta Mario Colipi, empresario de 31 años.

Llegó a pesar 107 kilos, condición que lo hacía sentir incómodo y cansado permanentemente. “Qué malos recuerdos. Llegué a pensar que jamás iba a bajar de peso, solo subir. Es horrible. La obesidad trasciende todos los aspectos de una persona, afecta el ánimo y la salud”, confiesa Mario.

El riesgo de desarrollar complicaciones serias, debido al avanzado estado del reflujo crónico que le habían diagnosticado, fue lo que finalmente lo motivó a optar por una cirugía bariátrica. “Quería verme y sentirme bien, tanto por dentro como por fuera. No fue solamente un tema estético, sino un tema de salud. Me operé porque me gustaría prolongar mi vida, pero en buenas condiciones, vivir más y mejor”, agrega.  

Después de una exhaustiva evaluación, que incluyó exámenes de sangre, cardíacos, psicológicos, psiquiátricos, análisis de su función pulmonar, de estómago, endoscopía, entre otros; el Dr. Héctor Molina, cirujano digestivo de Clínica Biobío, indicó la realización de un bypass gástrico. 

Esta técnica quirúrgica consiste en reducir el tamaño del estómago y dejarlo conectado al intestino delgado, por lo que la comida pasa directamente a él, disminuyendo la absorción calórica y las porciones que se pueden comer. 

Mario fue intervenido el 7 de octubre recién pasado. Según cuenta, su cirugía fue un éxito y ha tenido una excelente recuperación. “Gracias a Dios todo salió bien. Deposité toda mi confianza en el doctor y en su equipo. Porque él no está solo, está el anestesiólogo, las enfermeras, que son muy cariñosas, y todo un equipo multidisciplinario que siempre está apoyándote”.

Aunque todavía no se cumplen 2 meses desde la cirugía, Mario ha perdido casi 20 kilos y ha notado una mejoría considerable en el reflujo. Además, está muy contento y agradecido de quienes lo atendieron. “Desde los 20 años que vengo a Clínica Biobío y siempre he tenido buenas experiencias. Me gustan sus instalaciones modernas y la calidad del servicio. Las personas que trabajan ahí son muy humanas. Se siente el cariño y la empatía contigo como paciente. Son muy cálidos, atentos y preocupados. Eso te hace sentir bien y muy cómodo”.

La vida de Mario cambió drásticamente después de la cirugía bariátrica y para mejor, porque ya no tiene las molestias del reflujo y ha bajado de peso de forma rápida, segura y controlada. “Hoy me siento pleno, estoy anímica y emocionalmente bien, con mucha fe en Dios, en el equipo médico que me apoya y sé que todo va a salir bien. Es como vivir un sueño, me provoca felicidad y mucha satisfacción lo que viene por delante”, finaliza el paciente.