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En abril de 2020, la Unidad de Paciente Crítico Adulto (UPC) de Clínica Biobío vivió uno de sus hitos más importantes: la apertura de una nueva y moderna infraestructura, ampliando sus cupos de 9 a 18 camas críticas, lo que les permitió responder de forma exitosa a las exigencias de la pandemia y a la alta demanda actual para dar soporte a pacientes con patologías descompensadas.

Preparada para asistir a aquellas personas en estado grave y que requieren un manejo especializado desde el punto de vista médico, la Unidad de Paciente Crítico (UPC) de Clínica Biobío ha experimentado un crecimiento constante desde su inauguración, en mayo de 2005.

De manera progresiva, han incrementado su infraestructura, el uso de tecnología y la cantidad de profesionales especialistas que conforman su equipo. En marzo de 2017, aumentaron la cantidad de camas críticas a 9. Durante los años 2018 y 2019, desarrollaron un ambicioso proyecto de ampliación que consideró, entre otras áreas, la creación de un piso completo destinado al crecimiento de la UPC, lo que permitió adicionar 9 camas críticas para pacientes adultos, la modernización de las instalaciones, la renovación y adquisición de equipamiento y también la incorporación del personal necesario para operar la nueva infraestructura.

“Esto nos permitió ampliar nuestra UPC y duplicar nuestra capacidad instalada, pasando de 9 cupos indiferenciados a 18 cupos, de los cuales 6 corresponden a camas UCI y 12 a camas UTI”, comenta Lorena Contreras, gerenta general de Clínica Biobío.

De esta forma, la UPC está compuesta por la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y la Unidad de Cuidados Intermedios (UTI), áreas que pueden recibir pacientes de alta complejidad como politraumatizados, con accidentes cerebrovasculares o derivados de cirugías pulmonares, neuro-críticas, de sustitución renal, cardiológicas, entre otras.

“El año 2010, fuimos la primera clínica de la región en hacer cirugía cardíaca de manera exitosa. Hoy en día, uno de nuestros principales polos de desarrollo es el área cardiológica y su unidad de cuidados intensivos. Contamos con una UPC Cardiovascular capaz de recibir a pacientes con patologías cardiológicas cada vez más complejas”, afirma la Dra Leonila Ferreira, jefa de la UPC de Clínica Biobío.

A dos años de la llegada del COVID-19   

Sin duda, la pandemia fue un momento difícil para la UPC y su equipo. “Significó el mayor desafío de mi vida. Nos repetimos turnos para lograr asistir a los pacientes, lo que también significaba poner en riesgo nuestras vidas. Nuestro compromiso fue muy intenso, pero nos sentimos tremendamente enriquecidos con el crecimiento y aprendizaje que tuvimos”, explica la doctora.

A pesar de lo complejo que fue, el inicio de la pandemia coincidió con la puesta en marcha de las nuevas instalaciones que venían incorporadas en el proyecto de ampliación y la duplicación de camas críticas en la UPC de la clínica. Esto permitió que su UCI tuviera uno de los mejores desempeños durante la emergencia sanitaria. “Aumentamos al doble el número de camas con monitores y ventiladores mecánicos de última generación, contamos con el apoyo de nuevo personal en enfermería, TENS y equipos médicos altamente capacitados, lo que nos posibilitó asistir a más de 216 pacientes intubados en la UCI, con una letalidad del 8%, una de las más bajas de la región y del país”, afirma la Dra. Ferreira.

Carmen Berna, enfermera coordinadora de la UPC desde 2005, también dice que el coronavirus fue el mayor desafío que les tocó enfrentar. “Creo que el profesionalismo y el compromiso de cada uno de los que integramos el equipo fue lo que nos permitió sobrellevar la carga laboral y emocional que significó la pandemia. Siento orgullo del gran equipo de trabajo que conformamos”, dice.

Así como la UPC fue fundamental en la lucha contra la pandemia, también lo fueron otras áreas de nuestra Clínica: el Servicio de Imagenología, Hospitalización, Urgencia, Laboratorio, Farmacia, equipos administrativos y de Gerencia, quienes realizaron un trabajo coordinado que nos permitió dar respuestas óptimas y obtener resultados exitosos.

Atributos que destacan a la UPC de Clínica Biobío

Uno de los sellos que distingue a la UPC es la calidad humana de su equipo de trabajo, aspecto fundamental para su funcionamiento y también para la recuperación de los pacientes.

“En todo momento le damos un enfoque humano a nuestra atención, incluso con las restricciones que teníamos en pandemia, donde el médico llamaba todos los días a los familiares de los pacientes para informarles sobre su condición. Y si teníamos que intubar a un paciente, hacíamos una videollamada con su familia. Esos fueron los momentos más fuertes que vivimos porque ellos hacían una suerte de despedida”, relata la Dra. Ferreira.

El equipo multidisciplinario de la UPC está conformado por auxiliares,TENS, enfermeras, médicos, anestesiólogos, kinesiólogos y fonoaudiólogos. “La UCI de Clínica Biobío es la única de la región donde el 100% de sus profesionales médicos son especialistas, ya sean internistas o anestesiólogos. También contamos con enfermeros especialistas en cuidados intensivos y kinesiólogos en terapia respiratoria y ventilatoria”, dice la Dra. Ferreira.

Otros aspectos destacables son el equipamiento de última tecnología y los altos estándares de seguridad y calidad con los que trabaja la UPC. Ecógrafos, electroencefalograma portátil, ventiladores, simulador de signos vitales y equipo de rayos X portátil, son algunos de los soportes que les permiten asistir a pacientes cuyo grado de complejidad es crítico.

También cuentan con un equipo de apoyo de la Sub Gerencia de Operaciones y, en particular, con ingenieros Biomédicos cuyo rol es fundamental para asegurar el funcionamiento de todo su equipamiento crítico que es de alta complejidad. Con su asistencia y experticia apoyan el quehacer de la Unidad.

Atención centrada en el paciente, humana, equipos multidisciplinarios, profesionales altamente comprometidos, equipamiento médico de punta y el aumento al doble de capacidad en la UPC, son los atributos que caracterizan el trabajo y la evolución de Clínica Biobío durante los últimos años y que le permitirán seguir enfrentando desafíos de alta complejidad.

“Si bien nuestro proyecto de ampliación coincidió con el inicio del COVID-19 y nos permitió responder a la alta demanda que esto ocasionó, su objetivo fue robustecer nuestra infraestructura y fortalecer la atención que ofrecemos. Este crecimiento es, y se mantiene disponible, para todos los pacientes de la región. Lo que confirma el fuerte compromiso que tenemos con su salud. Estamos dedicados a eso. Es nuestra especialidad dar confianza y cuidar la salud de nuestros pacientes”, concluye Lorena Contreras.